En la década de los 80, Volvo irrumpió audazmente en el mercado estadounidense con su rural Volvo Turbo Wagon, una combinación inesperada de potencia y versatilidad que desafiaba las convenciones. Equipada con el robusto motor B23FT turboalimentado y presentada como una opción familiar, esta wagon desafió las expectativas al rivalizar con icónicos deportivos de la época, desde el Lamborghini Countach hasta el Camaro IROC-Z. Las campañas publicitarias desafiaron las normas al proclamar sus impresionantes capacidades de aceleración, comparándolas con las de modelos deportivos reconocidos. Esta estrategia audaz capturó la atención del público y estableció a Volvo como un jugador serio en el mercado de automóviles premium. Con su combinación única de seguridad, potencia y espacio de carga generoso, el Volvo Turbo Wagon demostró que la marca estaba dispuesta a desafiar los límites y abrir nuevos horizontes en el mundo del automovilismo.
Es probable que todos recuerdan la espectacular Volvo 850 Wagon de BTCC, una muestra de cómo pasar un mensaje de que es posible combinar deportividad con un familiar.
Pero antes de la rural 850, a mitad de los 80s, Volvo hizo foco en el mercado de USA, compradores con mucho dinero buscando un auto seguro, con líneas europeas. El departamento comercial de Volvo fue acertado, rápidamente las familias de clase media-alta compraron la serie 200, tanto en versiones sedan como wagon. El departamento de marketing se enfocó en el cine invirtiendo en publicidad donde frecuentemente mujeres conducía autos suecos pasando una imagen de seguridad. – Ver también –
Pero para 1984 llegaba algo diferente, los suecos le ponían al ya conocido Redblock Engine (Motor de bloque rojo) un turbo creando el motor B23FT y sumándolo a una carrocería familiar, crean el Volvo Turbo Wagon.
Con la llegada de ésta ágil rural, una serie de publicidades en revistas invadieron las revistas norteamericanas con un foco muy deferente a lo anterior. Rozando el sacrilegio se compararon con el Lamborghini Countach, Ferrari Testarossa, Camaro IROC-Z – Ver también – y otros deportivos de los 80. – Ver también –
El concepto que transmitían era que con el motor de cuatro cilindros y 2.3 litros de 160 caballos, podía acelerar de 0 a 100km/h en poco más de 8 segundos nada diferente a un Porsche 944. Eso nada mal para un familiar con la seguridad de Volvo y 2100 decímetros cúbicos de espacio de carga.
Volvo utilizó una publicidad inteligente, un titular que decía audazmente: «Hasta que Ferrari construya un familiar, esto es todo».
El tema no quedó ahí… Volvo Cars North America respaldó un equipo independiente de dos Turbo Wagon en la serie SCCA Showroom Stock conducidos por Jeff Alkazian, John Overton y Len Frank. Terminaron todas las carreras e incluso establecieron algunos récords de vuelta.
Volviendo a las versiones “de calle” con la 740 Turbo Wagon, Volvo había dejado atrás la visión de los sedanes calificados como pesados y la serie 240, rústicas y amigables. Ahora eran un símbolo de estatus. Con interiores escandinavos modernos y un motor potente, la reputación fue bien ganada. Crearon autos seguros, duraderos, divertidos de conducir y cómodos, además dinámicamente proporcionados, bien equipados y lujosos.
El motor de bloque rojo reforzado podía soportar bien una turbo alimentación agresiva, el chasis era igualmente adecuado respecto a la rigidez. Una suspensión trasera bien ubicada y cuidadosamente amortiguada.
Para aquellos que no sabían mucho sobre automóviles, las grandes capacidades dinámicas pasaban desapercibidas. Para aquellos a quienes les gustaba la imagen de Volvo como caballos de batalla seguros y confiables encontraron un vehículo ideal.
La serie 740 duró hasta 1991, y su legado es claro, pudieron poner un pie en USA, convenciendo a los que buscaban dinámica y a los que seguridad y durabilidad.
Textos: © Ing. Dario Bakus
Fotos: © Volvo, SCCA ©Mark Windecker, otras Unknown
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