UN MOTOR ENORME, SIN AYUDAS ELECTRONICAS: TIENES QUE CONOCER AL MASERATI SHAMAL
Ser fabricante de deportivos de lujo, nunca fue cosa fácil y muchos incluso no han podido superarlo. Maserati no fue la excepción en lo que altibajos respecta, tiene en su historia momentos de felicidad como el campeonato de Formula 1 en 1957 de la mano del “chueco” Juan Manuel Fangio con la Maserati 250F y otros de caos financiero que hasta pusieron en duda su estirpe. Los años 80s no fueron fáciles en ese sentido y al promediar la década aun con Alejandro De Tomaso al frente de la organización, lanzaban el Maserati Shamal en 1989.
A grandes rasgos y mirando desde lejos se lo puede confundir con el muy criticado Maserati Biturbo, si bien comparten muchas cosas, el Biturbo es anterior (1981 y 1994) y fue diseñado por Pierangelo Andreani, hasta que Marcello Gandini en 1987 hizo un restyling que lo acerca al Shamal. Además, eran V6, que si bien como su nombre los indican eran biturbo hasta de 2.8 litros, no se acercan al powertrain del Shamal que era 8 cilindros.
Su nombre de origen árabe, inspirado en un viento cálido y fuerte que recorre el golfo Pérsico con facilidad y sin quien lo detenga, no le alcanzó para tener buenas ventas, solo fueron vendidos 369 entre 1990 y 1994. En lo financiero lamentablemente contribuyó a aumentar el rojo financiero que ya tenía Maserati, a tal punto de De Tomaso vendió el 50% de las acciones al grupo Fiat para no entrar en bancarrota.
Esta GT 2+2 de un poco mas de 4 metros de largo tenia un frente imponente y mismo salida del lápiz de Gandini, muchos la criticaron carecer de identidad y parecer hecha por partes de otros autos. Asimismo, es un deportivo verdaderamente corto 4103 mm con una línea “cuadrada” que si vendía bien en un Lancia Delta por ejemplo, pero lejos estaba de la atractividad de una Ferrari 328 por ejemplo (precios similares a los del Shamal).
Sus grandes puntos fuertes comparados a la competencia son los que vamos a describir ahora, y es aquí donde el Shamal brilla, incluso comparado al citado Ferrari 328, ver también.
«Shamal es uno de los últimos deportivos que carecen de ayudas electrónicas de tracción o frenado donde la relación piloto y maquina tiene que realmente sentirse para poder llevar este bólido al límite»
Primero el motor delantero AM479 V8 (cuadrado 80×80 mm) biturbo de 3.2 litros y 32 válvulas, los turbos marca IHI de origen japones, y junto a una inyección electrónica Weber/Marelli que hacen que erogue 326 HP. El Motor esta acoplado a una caja de 6 marchas Getrag 560G (tecnología que usó BMW en los 90s en la Serie 8, ver también), es de remarcar que fue la primera vez que la marca del tridente usó 6 velocidades en un auto de producción, y como es de esperar tracción trasera. El diferencial también esconde tecnología llamada Ranger® ya aplicada en el Maserati Biturbo, en donde si es necesario, la transferencia de toda la potencia disponible va a solo una mitad del eje, dejando un par cero en el otro. Por tanto, la distribución de energía está determinada por las necesidades del vehículo. Esto conduce a la maximización automática de la tracción en casi todas las situaciones, comparable a la disponible en los sistemas de tracción en las cuatro ruedas.
Si bien usa de “base” el motor V6 del Maserati Biturbo, se le agregaron 2 cilindros más. Los dos turbos ayudan a tener mejor respuesta a bajas RPM, además cada turbo con su propio intercooler para mejor disipación de calor, sin duda una fuerte apuesta mismo es un momento financieramente tenso para la marca.
Luego la suspensión es el otro punto fuerte. Monta unos amortiguadores marca Koni regulables en forma activa, es decir, que mediante sensores “lee” la condición de la carretera, velocidad, etc para que en 300 milisegundos el sistema pueda ajustar la dureza de la suspensión. Además, en la consola central, el conductor puede elegir entre 4 tipos de rigidez. Los mismo van desde muy suave para conducción en ciudad, luego un incremento para conducir hasta 160 km/h, ya el tercer escalón optimización para conducción deportiva en carreteras sinuosas, hasta llegar a la opción mas radical con una rigidez para autódromo.
Para finalizar, el Shamal es uno de los últimos deportivos que carecen de ayudas electrónicas de tracción o frenado donde la relación piloto y maquina tiene que realmente sentirse para poder llevar este bólido al límite.
Textos: © TargaSport
Fotos: © Unknown
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