CÓMO UN VIEJO MOTOR ALFA ROMEO TERMINÓ EN MANOS DE SUBARU, JIOTTO Y KOEGNISEGG
En 1961 dos grandes ingenieros con experiencia en Ferrari y Alfa Romeo, Carlo Chiti y Lodovico Chizzola, fundan la empresa Auto-Delta especializada en el desarrollo de vehículos de alto rendimiento. Los vínculos cercanos con Alfa Romeo hicieron que 2 años después la empresa cambie su nombre por Autodelta Spa para convertirse en el departamento de competición de la marca, consiguiendo muchas victorias con los Giulia TZ, TZ2 y GTA en las carreras de coches gran turismo. Pero Carlo Chiti quería ir por más y en 1966 convenció a la marca para construir un coche para el campeonato mundial de marcas.
La saga de los Alfa Romeo Tipo 33 desarrollados por Autodelta en sus diferentes evoluciones a lo largo de 10 años de participación en diversos campeonatos internacionales los convirtieron en coches legendarios para los aficionados. Inicialmente equiparon un motor de 4 cilindros heredado del TZ2, para luego utilizar un V8 de 2 litros desarrollado por Autodelta. Pero el gran salto vino en 1973 con el 33TT12 equipado con el famoso 12 cilindros plano de 3 litros diseñado por Carlo Chiti con el que consiguieron el campeonato mundial de marcas de 1975.
En 1976 Alfa Romeo también empezó a proveer a la escudería Brabham de F1 con otra variante del motor plano de 12 cilindros, participando en ambos campeonatos, pero lo que funcionaba bien en carreras de resistencia no necesariamente iba a servir para otra categoría y para la F1 era un impulsor voluminoso, pesado y de poco rendimiento.
Posteriormente realizaron una versión turboalimentada para montar en el Alfa Romeo 33 SC12T con 2.1 litros y la potencia elevada desde los 520 hasta los 640CV con el que consiguieron el segundo mundial de marcas en 1977, mientras tanto la variante de 3 litros aspirada seguía dando dolores de cabeza en el Brabham BT45.
Para la temporada 1978 Autodelta se dedica exclusivamente a la F1, sin embargo, el equipo Brabham seguía penando la falta de potencia del 12 cilindros plano lo que llevó al célebre ingeniero Gordon Murray dotar al monoplaza BT46 con un ventilador para succionar el aire para conseguir mayor downforce, un dispositivo inspirado en el Chaparral 2J – Ver nota -, pero en este caso era accionado por la transmisión. Dicho artilugio solo se usó en el Gran Premio de Suecia, donde Niki Lauda ganó y fue prohibido inmediatamente.
Al final de la temporada Murray convence a Autodelta para desarrollar un V12 más angosto y liviano para beneficiar el balance del chasis, pero el motor tampoco era competitivo y Brabham lo reemplazó por un Cosworth. A pesar de ello Carlo Chiti logró convencer a Alfa Romeo para desarrollar un chasis propio e ingresar a la Formula 1 utilizando el mismo impulsor V12, pero el equipo fue un fiasco y encima tuvo que cargar con la muerte de Patrick Depailler durante la temporada 1980.
Para 1982 Alfa Romeo contrató a Euroracing para gestionar el equipo, no obstante Chiti diseño el impulsor V8 turboalimentado 890T, sin demasiados resultados.
En 1985 Carlo Chiti abandona Alfa Romeo para fundar su propia empresa, Motori Moderni, con el fin de proveer un nuevo V6 Turbo en la F1, pero la falta de presupuesto para desarrollos les impidió tener un impulsor competitivo en las tres temporadas que participaron abasteciendo a los equipos Minardi y AGS.
A partir de la temporada 1989 los motores turbo fueron prohibidos en la F1, en ese contexto Motori Moderni fue contratada por Subaru – ver también – para desarrollar un impulsor bóxer para el ingreso oficial de la marca en la categoría. El motor Subaru/Motori Moderni 1235 – Ver nota – era un derivado del experimentado 12 cilindros plano usado en los tiempos de Autodelta, pero con 3.5 litros y soluciones técnicas actualizadas como las culatas de 5 válvulas por cilindro o la distribución por correa dentada. Pero hay que aclarar que algunas personas consideran que esta mecánica no era un bóxer en sí, sino un V12 a 180º por el diseño de su cigüeñal, aunque también es cierto que los motores de los Porsche 917 y las Ferrari 365/512BB (Berlinetta Boxer) utilizaban una configuración similar, agregando más controversia a las opiniones.
El Subaru/Motori Moderni 1235 se probó en un chasis Minardi y rápidamente quedó claro que tenía los mismos defectos de sus antecesores de Alfa Romeo, siendo un impulsor pesado, voluminoso y de escaso rendimiento que perjudicaba el balance general del chasis. Aún así, el proyecto siguió adelante y también se desarrolló una variante de menor potencia adaptada a la calle para montar en el impresionante y bellísimo Jiotto Caspita, un Hypercar japonés creado por Dome – Ver Nota – y Wacoal.
Finalmente Subaru compró el 51% del equipo de Enzo Coloni y debutó en 1990 con equipo propio Subaru-Coloni con un resultado desastroso sin siquiera clasificar en ningún GP hasta que los japoneses dijeron basta y abandonaron el proyecto, decisión que también canceló la provisión de mecánicas a Jiotto.
Paralelamente el motor 1235 también se usó en carreras de resistencia montado en el Alba AR20 con nefastos resultados, por lo que a mediados de temporada el equipo italiano lo reemplazó por un Buick de 4.5 litros.
Posteriormente el preparador italiano Franco Alloni tomó el impulsor plano de 12 cilindros y realizó una versión náutica con 3 litros de cilindrada y doble turbo para utilizarlo en el off-shore power boat.
Toda esta historia de fracasos no impidió que en 1994 un joven llamado Christian Von Koegnisegg también se interesara en el motor de 12 cilindros plano y se contactara con Chiti para solicitarle el desarrollo de una nueva variante adaptada para su primer hypercar.
Motori Moderni le entregó 2 impulsores biturbo de 3.8 litros con 580CV a 9.000rpm, pero Carlo Chiti murió al poco tiempo y la compañía entró en bancarrota. Finalmente, Koegnisegg compró en un remate todos los elementos para producir los motores diseñados por Chiti, pero se encontraron con viejos planos dibujados a mano y algunos moldes de madera muy desgastados, el resto se perdió en un incendio sufrido en la fábrica. Koegnisegg luego probó con motores V8 de Audi y Ford, inclinándose por los americanos por su robustez y mayores posibilidades de preparación.
Textos: © Fabián Matías Rossi para TargaSport
Fotos: ©Unknown
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