CREATIVIDAD AL EXTREMO, CONOCÉ EL MOTOR DE PLÁSTICO QUE REVOLUCIONÓ LAS CARRERAS DE IMSA
Matthew “Matti” Holtzberg es un visionario ingeniero norteamericano que a fines de los 60s quedó fascinado al enterarse de las propiedades mecánicas de un material plástico creado por un laboratorio francés y desde entonces se ha convertido en una eminencia en el desarrollo y aplicación de polímeros de alta tecnología en la industria automotriz.
En 1969 hizo su primer experimento fabricando unos pistones plásticos para el motor del BMC Mini de un amigo que funcionaron durante 20 minutos hasta fallar, posteriormente los mejoró aplicando un revestimiento de aluminio y se los vendió a muchos equipos de carreras durante la década del ´70.
En el año 1972 fundó Polimotor Research Inc. (acrónimo de Polymer-Motor) con el apoyo de proveedores como 3M y Amoco con el que empezó a cumplir el sueño de crear un motor completo con materiales plásticos. Holtzberg estaba tan entusiasmado con las ventajas de los polímeros que a fines de los 70s se reunió con Frank Williams para explicarle todas las posibilidades que los materiales compuestos ofrecían para la construcción de un F1. Si bien no llegaron a un acuerdo, el tiempo dejó en claro que el ingeniero norteamericano estaba varias décadas adelantado al resto.
El primer impulsor construido por Matti Holtzberg llevó el nombre de Polimotor 1 y estaba basado en el conocido Ford Lima de 4 cilindros y 2.299cc por ser uno de los más sencillos comercializados en EEUU puesto que en aquel mercado lo utilizaban los Ford Pinto y Mustang, aunque también era conocido por equipar a modelos europeos como el Taunus/Cortina y el Sierra, pero es pertinente aclarar que la firma del óvalo no tenía ninguna relación con Polimotor ni tampoco apoyó financieramente el proyecto.
En esta primera versión conservaron el cigüeñal, las bielas, los pistones y las camisas del motor original, mientras que el resto fue construido utilizando un nuevo material llamado Torlon, que fue reforzado con fibra de vidrio para el caso del bloque motor. Torlon era el nombre comercial para las poliamidas-imidas, un material plástico patentado por Amoco Chemical Co. que disponía de grandes propiedades mecánicas siendo capaz de soportar lubricantes, ácidos y resistir temperaturas de trabajo de hasta 275ºC. De esa manera se conseguía reducir el peso total del conjunto a la mitad y se aumentaba el rendimiento de los 88HP originales hasta los 180HP. Un detalle llamativo era que las bancadas del cigüeñal y el cárter formaban un solo conjunto, pudiendo simplificar la construcción del motor. Pero también tuvieron que tener en cuenta que este tipo de materiales requerían de un circuito de refrigeración de mayor tamaño por el hecho que los plásticos no conducen el calor con tanta facilidad como el metal.
Amoco deseaba promocionar las ventajas del Torlon poniéndolo a prueba en competición por lo que realizaron una variante de altas prestaciones del Polimotor 1 con 2 litros de cilindrada y culata multiválvulas que algunos especialistas creen erróneamente que estaba basado en el Cosworth YB por ser derivado del Ford Lima, pero esa información no es correcta porque el motor de Holtzberg se presentó dos años antes.
Esta segunda evolución del Polimotor 1 pesaba apenas 81Kgs erogando 280CV a 8500rpm y se montó en un chasis Lola T616 para participar en la categoría C2 del campeonato IMSA Camel GT en las temporadas 1984 y 1985. El impulsor contaba con la mayoría de sus componentes construidos con polímetros plásticos incluyendo los pernos de pistón, trompetas de admisión, vástagos de válvulas o los retenes de sus respectivos resortes. Mismo al ser un motor absolutamente experimental, aún en su fase de desarrollo y construido con materiales inéditos, los resultados superaron a propios y extraños consiguiendo algunos podios con una confiablidad inédita, teniendo una sola rotura en toda su campaña en IMSA, aunque Amoco dejó de financiar el proyecto a fines de la segunda temporada.
A pesar de ser un motor experimental con materiales inéditos los resultados superaron las expetativas con una confiabilidad sorprendente
Aun teniendo gran repercusión mediática en revistas especializadas de mediados de los ´80s los fabricantes de automóviles se resistían a utilizar polímeros de alta tecnología como el Torlon en sus productos, pero en los años siguientes empezaron a aplicar materiales plásticos muy lentamente en muchos componentes de sus motores como los multiples de admisión, tapas de válvulas, tensores o las termocuplas. En el nuevo milenio las aplicaciones de materiales compuestos llegaron a componentes estructurales y elementos de suspensión. – ver también –
Matti Holzberg no abandonó sus experimentos y en 1990 fundó Composite Castings LLC en Florida para trabajar en el desarrollo de la fibra de carbono, un material 5 veces más resistente que el acero y más liviano que el aluminio. Paralelamente, los Polimotor 1 se siguieron usando en competencias de Midget hasta que el reglamento favoreció a motores de mayor cilindrada, mientras que gozaron de bastante éxito en Europa donde participaban en carreras de trepadas de la serie británica Gulfclimb de Gulf Oil donde lograron el campeonato en la categoría hasta 2 litros en el año 1994. También hay que mencionar que Holtberg construyó un motor V6 sobrealimentado donde hasta el turbo estaba construido con polímeros plásticos, pero fue un proyecto que nunca se ensayó ni se montó en ningún vehículo.
En la última década la empresa belga Solvay adquirió los derechos comerciales del Torlon y en el año 2015 decidieron que era una gran idea contactarse con Matti Holtzberg para retomar el proyecto de competición.
El nuevo Polimotor 2 estaba basado en el Ford Duratec (derivado del impulsor Mazda MZR-L) donde consiguieron rebajar el peso total del conjunto desde los 103kgs del impulsor original hasta los 63Kgs mediante el uso de materiales compuestos más livianos y resistentes, donde se reemplazaron 10 componentes metálicos tradicionales por otros construidos con 5 polímeros de alta tecnología producidos por Solvay con un bloque motor reforzado con un 25% de fibra de carbono (una solución que empezaron a experimentar en 2011) siendo a su vez más barato y más resistente que el aluminio.
El Polimotor 2 era un impulsor de dos litros de cilindrada con turbo (de plástico, lógicamente) que entregaba una potencia de 450CV a 8.000rpm. En el proyecto también estaba planeado construir una transmisión completa con materiales plásticos y luego montar todos estos componentes en un chasis Norma M-20 para correr las 24hs de Le Mans 2017, pero el proyecto finalmente no se concretó.
Actualmente Hotzberg trabaja en el desarrollo de los Polimotor 3 y 4 basados en el Ford Ecoboost 2.0, siendo los primeros impulsores del mundo impresos en 3D tanto en las partes plásticas como en las metálicas. Cuentan con árboles de levas en material compuesto Inconel 718 recubierto con DLC con válvulas y bielas de titanio, mientras el cigüeñal es de acero hueco, más liviano. La empresa afirma que este tipo impulsor puede ahorrar hasta un 50% en costos de producción con respecto a otro similar de materiales tradicionales.
Si tenemos en cuenta las restrictivas normas de emisión que impulsaron masivamente a los fabricantes a invertir cientos de millones en el desarrollo de mecánicas “downsizing” con el fin de crear motores más livianos y eficientes, los materiales compuestos podrían aportar una alternativa viable, sobre todo si valoramos los 40 años de experiencia de Matti Holtzberg en la materia.
Fuentes: Polimotor y Solvay
Textos: © Fabián Matías Rossi para TargaSport
Fotos: Portada © Mark Windecker / Noma M20 © Norma Auto Concept / Otras © Unknown
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