PROYECTO#3 AFF ARIEL ATOM TRIBUTO
Hola colegas, me llamo Nicolas Dottori oriundo de la cuidad de Oncativo. Para los que no la conocen es una pequeña cuidad con alma metalúrgica cercana a Córdoba capital, Argentina. Al igual que más de un lector vengo de esas familias que solemos llamar con mucho orgullo “Fierreras”. De abuelo, padre, tío camioneros. Escuchando de chico hablar sobre motores, diferenciales, volantes. De domingos mirando TC Turismo de Carretera y lunes gastadas entre amigos del otro bando. Agarrando llaves y martillos en lugar de jugar a la pelota por la tarde después de la escuela y pensando de noche con algún día construir un auto desde cero. Yo no tengo título universitario ni poseía recursos económicos para embarcarme en esa cruzada sin embargo eso no me detuvo para comenzar y terminar la primera replica de un Ariel Atom en Argentina.
Ustedes dirán a qué se debe esta introducción, la verdad es que cuando me invitaron a este espacio una de las propuestas era incentivar a todas esas personas que se animen a embarcarse en cualquier proyecto del mundo motor… solo hay q desearlo y disfrutar cada tuerca q se aprieta, no importa el tiempo si cada momento se disfruta al máximo.
Yo arranqué comprando un auto quemado y con ganas de hacer un arenero, solo quería algo distinto… Ahí es donde entran esos amigos que están más entusiasmados que uno. Llegó y me dijo, Por qué no haces un Atom – ver también – ? Primero no me interesó, pero al paso de unos días me empecé a encariñar y ahí comenzó todo…
Siempre pensé que detener un proyecto por falta de piezas puede ser algo que te desmotive un poco, así que lo primero que hice fue tratar de juntar la mayor cantidad de piezas. Compre el auto de un vecino que se había quemado el interior, pero el motor estaba muy bueno y de ahí saque la mayoría de los componentes.
En principio armé el cubo estructural que sería la cavidad del motor, tratando de respetar un poco las medidas originales del auto para utilizar los soportes de motor. Luego fabriqué otro cubo que sería donde sujetaría el tren delantero, con esas dos piezas ya podía calcular donde iría el centro de cada eje.
Tomando las medias de la ficha técnica del Ariel Atom ya podía comenzar a plasmar sobre un banco de trabajo las dimensiones originales del auto (largo, ancho, altura, distancias entre ejes). Posteriormente ubiqué las butacas y comencé con hierros a buscar las curvas principales del chasis.
Confeccionado el chasis siguieron las parrillas de suspensión en las cuales use, atrás las del Fiat Uno mientras que adelante adapté las del Renault 18.
Los amortiguadores me los regalo un gran amigo de mi papá, eran de un Formula 3, los cuales se adaptaron muy bien ya que el peso de los autos fue bastante similar (una vez terminado 650kg) así mismo este peso un poco más por lo que cambiamos los espirales por unos más duros.
Ya en este punto donde las partes chasis se sostienen por sí solas y el proyecto comienza a tener forma, es ahí cuando tus amigos te dicen “ya lo tienes” (no crean eso) ahí comienza una cantidad interminable de detalles que no se ven como pedalera, tanque de combustible, palanca de cambios, etc.
Ya más avanzado cuando comencé a modelar lo que serían las piezas de fibra de vidrio, primero tome bloques del Telgopor los cuales fui lijando hasta obtener la forma deseada, después los cubrí con enduido plástico para hacer los negativos con los que haría posteriormente las piezas finales.
Terminado todo esto se desarmo por completo y se pintó, se colocaron las calcomanías, instalación eléctrica y el tablero para ir culminando con el proyecto.
Realmente me sentía muy contento con el auto, pero la ambición por comenzar nuevos proyectos me hizo venderlo, cosa de la que no estoy arrepentido, pues me dejó lugar para seguir con esta maravillosa iniciativa de trabajar con autos.
Hoy en día sigo en contacto con el dueño quien hasta donde sé, está muy contento con el auto, ahora potenciando el motor.
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